sábado, 27 de agosto de 2011

EL ASADOR







COSTILLA AL ASADOR
Este costillar de seis kilos y medio, marcado en tres tiras, fue colocado a las 11 de la mañana, a fuego de quebracho, con un poco de sal gruesa.


A las dos horas y media ya estaban doradas las costillas, las cuales fueron bañándose con agua con sal, y la distancia del fuego fue siempre pareja. A las 13,30, se giró el asador sobre su eje, y la cara opuesta -la de la "tapa" del asado"- comenzó a desgrasarse. Una hora después, a las 14.30, el costillar estaba listo. De la mitad hacia abajo, estaba "a punto". Y de la mitad para arriba, jugoso, como deberían comer todos. La larga exposición a fuego lento, pero con la suficiente fuerza para dorar ambas caras, llevó a la carne a un punto tierno, tanto en el "a punto" y mucho a más en el jugoso, donde se deshacía en la boca.









Este costillar de seis kilos y medio, marcado en tres tiras, fue colocado a las 11 de la mañana, a fuego de quebracho, con un poco de sal gruesa.


A las dos horas y media ya estaban doradas las costillas, las cuales fueron bañándose con agua con sal, y la distancia del fuego fue siempre pareja. A las 13,30, se giró el asador sobre su eje, y la cara opuesta -la de la "tapa" del asado"- comenzó a desgrasarse. Una hora después, a las 14.30, el costillar estaba listo. De la mitad hacia abajo, estaba "a punto". Y de la mitad para arriba, jugoso, como deberían comer todos. La larga exposición a fuego lento, pero con la suficiente fuerza para dorar ambas caras, llevó a la carne a un punto tierno, tanto en el "a punto" y mucho a más en el jugoso, donde se deshacía en la boca.